En los meses de setiembre y octubre se desarrollaron 2 recitales de titulación de la especialidad de trompeta de la Universidad Nacional de Música: Cesar Javier Cáceres Cruz, alumno del profesor Franco Carranza, y Manuel Antonio Loli Becerra, Alumno del profesor Javier Pacheco. Ambos mostraron un repertorio bastante interesante para la comunidad trompetística y destacaron en sus calificaciones.
Cesar Javier Cáceres Cruz
El recital se llevó a cabo el jueves 26 de setiembre en el Auditorio de la Sede Histórica de la UNM. Su programa contaba los temas del Trío para Trompeta, Violín y Piano de Eric Ewazen, Fantasía Peruana de Armando Guevara Ochoa, Legend de Georg Enesco y el concierto en Re Mayor de Giuseppe Tartini (Original para Violin). Sus jurados fueron los maestros Claudio Panta (Vicepresidente Académico de la UNM), Jaime Chunga (Trombón), Javier Pacheco (Trompeta) y Juan José Llanos (Trompeta).
Inició con el Trío de Ewazen, una obra no muy conocida para los trompetistas del medio peruano, donde mostró su gran habilidad para con la música de cámara, se pudieron apreciar colores poco usuales entre el violín, piano y la trompeta. También destacó por el dominio de los matices que es difícil controlar en un conjunto de similares características. Y finalmente los caracteres también fueron muy claros, pudo evidenciar con maestría los pasajes que tuvieron un carácter íntimo, como reflexivo y otros con las características propias de la trompeta, como una fanfarrea. Prosiguió con Guevara Ochoa, una obra que cada vez está más acentuada en el repertorio cotidiano. Javier mostró una técnica muy solvente de principio a fin, resaltando las técnicas extendidas de la obra, el registro y los caracteres de las danzas. Aunque concerniente a los tiempos elegidos en cada danza no estaban acordes con la partitura.
Luego procedió a un intermedio de 5 minutos para proseguir con Enesco, donde fue uno de los temas que mejor pudo resaltar su habilidad con la trompeta: la delicadeza de las frases en matiz piano, la virtuosidad en las frases rápidas y la potencia en el agudo. Evidenció un poco de cansancio en las frases finales de la obra, algo que no pudo opacar al buen trabajo mostrado. Y finalmente interpretó Tartini, que fue la mejor pieza de la noche musicalmente hablando, sobre todo en el segundo movimiento donde mostró las ornamentaciones muy al estilo del período, con una sutileza, sin perder la calidad y el timbre propio de la trompeta Piccolo.
En líneas generales Javier mostró una soltura técnica envidiable, con una característica cada vez más acentuada en él: la relajación. Al final obtuvo una calificación de ‘muy bueno’ (19).
Manuel Antonio Loli Becerra
El recital se llevó a cabo el día 29 de octubre en el mismo auditorio de la Sede Histórica de la UNM. Manuel incluyó en su programa el Concierto para Trompeta en Eb mayor de Joseph Haydn, Rustiques de Eugene Bozza, la Sonatina de Hans Werner Henze, Concierto en Re de G. P. Telemann y Tres poemas de Alejandra Pizamik del compositor peruano Juan Carlos Aliaga del Bosque. Sus Jurados fueron la maestra Carmen Escobedo (Presidenta de la comisión organizadora), el maestro Jaime Chunga (Trombón), el maestro Jonathan Cabrera (Corno) y el maestro Juan José Llanos (Trompeta).
El recital inició con el tradicional concierto de Haydn, que Manuel lo interpretó magistralmente de principio a fin, con una calidad de sonido adecuada, que no se notó la ausencia de la trompeta en Mi bemol. Un añadido a la interpretación fue el tocarlo de memoria, donde pudo evidenciar todo el trabajo de las frases y sus caracteres. Prosiguió con Rustiques, donde continuó tocando de memoria, mostrando un control notable en la técnica de la digitación, en las articulaciones y en los contrastes entre los matices. El control del sonido con el piano fue muy adecuado, nunca estuvo por encima, siempre en armonía. La cadencia y coda final dejó embelesados al público que no daban crédito a la potencia en el agudo y la agilidad de la digitación, fue impresionante.
Para los dos temas posteriores evidenció un cansancio el cual Manuel pudo resolverlo de la mejor manera. Primero para el Telemann, en el Adagio inicial, pudo conseguir el sonido y con ello la frase que quería mostrar, algo que no sucedió con los movimientos siguientes que son más rápidos. Dio la impresión de que el tiempo elegido fue más rápido del que podía controlar, así que salió un poco atropellado, pero nunca perdió la calidad de sonido. Ya en Henze, estaba más cansado aún, y muchas de los pasajes lo tocó una octava más abajo. Pero hay algo que nos enseñó Manuel, es que nunca perdió la calma y lo tocó con el mismo carácter y musicalidad como si lo estuviera tocando en la octava superior. Cabe resaltar que ambos temas son muy exigentes en el repertorio trompetístico, y es la primera vez en el Perú que se toca en un examen de titulación.
El último tema fue el de Aliaga, que está basado en unos poemas de Alejandra Pizamik, que sorprendió gratamente al público. No fue un tema retador, con grandes exigencias, pero si con mucha carga emocional del cual es muy fácil engancharte y viajar con la música. Manuel mostró como muy pocas veces visto en exámenes en los instrumentos de metal, poder tocar de memoria gran parte del recital, el cual es un mérito enorme. Así mismo, la control de las frases y dominio de los matices fueron de alto nivel, por ello obtuvo la calificación de 19: muy bueno.